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En esta tercera edición del Festival Internacional de Cine Diverso, rendimos homenaje a las raíces profundas y la fuerza imparable de la población Trans, usando como emblema el roble amarillo y el roble morado, dos árboles icónicos de Barranquilla que, como nuestras historias, resisten y florecen incluso en los terrenos más difíciles.
Cada historia, aunque considerada básica por otros, es una semilla vital para nuestro cine y nuestra memoria colectiva. Cada narrativa trans merece su espacio, su luz, su reconocimiento. Este año, nuestras raíces se entrelazan con la esperanza de una Ley Integral Trans y con el llamado urgente de justicia, visibilidad y dignidad.
El festival es un jardín de voces, de historias necesarias, donde cada película es un brote nuevo que desafía las normas y embellece nuestro paisaje social y cultural.